Cuando no estaba contigo (que no hablamos), me di cuenta de qué tan difícil es encontrarte a una persona por accidente en la misma ciudad. Cada que salía pensaba: espero verla hoy por accidente o casualidad. Y cuando terminaba el día pensaba: será mañana. Nunca te vi. Pero iba por la vida esperando encontrarte. 

No quería decirte, obviamente. Quería más bien como, como quien quiere encontrar un copo de nieve en el desierto. No le serviría para nada práctico, pero lo haría extremadamente feliz.